Sobre mí

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Hola :)! Nunca he pensado en como describirme pero en fin, allí va: me considero una chica muy soñadora y creativa, me gusta imaginarme todo tipo de cosas. Suelo ser un poco (bastante) cabezota a veces. Me encanta salir con mis amigos, los quiero mucho y no hay nada que más valore que una amistad. Pese a ello, siempre he soñado con el chico perfecto, la cuestión es, ¿quién no?.Mi sueño es mudarme fuera de España, o a Inglaterra o a Estados Unidos. Uno de los hobbies que tengo es montar a caballo, me encanta lo que se siente encima de este animal. Además me encata la música y el deporte. Bueno esto es un poco de mi, si quereis saber más solo teneis que mirar el blog, un beso a todo :).

jueves, 29 de diciembre de 2011

Ven; abrázame, bésame y déjate llevar...

Entran cogidos de la mano. Todo está oscuro. Él, tanteando por la pared, enciende la luz. Nota como su chica se estremece ante la luz. La siente nerviosa y asustada. Le vuelve a preguntar si está segura, que no hace falta que sea ya. Ella ni asiente ni dice nada, simplemente le empuja a la pared y le besa, tímida y cortada, como cuando se besaron por primera vez. Él ya no aguanta más, le quiere; le necesita. Ahora, ya. Le coge de la cintura y la levanta para que ella enganche sus pies detrás de él, a la altura de su cintura. Lo hace y le vuelve a besar, esta vez, con pasión y agonía. Ansiosa, busca su lengua con la suya. Ambos empiezan a sentir la lujuria y la excitación. En un momento de descanso, él le mira a los ojos. Está preparada, ambos lo saben y sienten. Su chico tenía razón, todo ha salido solo. Lo necesitan, necesitan sentir cada curva de sus cuerpos y sentir los labios de su pareja en su cuerpo. Desesperadamente, ella le tira a la cama. La ropa  vuela, cayendo en diferentes partes de la habitación. Ya no queda nada que les impida continuar, dar un paso más. Él le pregunta por última vez si es realmente lo que quiere y, con un sí definitivo, empiezan a deshacerse de todas las emociones retenidas, de todas las tensiones acumuladas y de todas las discusiones provocadas.

Momentos, que explican sentimientos...

Sentimientos, que crean momentos.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Capítulo 3.

Capítulo 3


Actualidad…

Igual  que Luce, Helena también recordaba aquella historia con todo detalle. Recordaba la cara pálida y triste con la que dejó allí plantado a Jerome. Recordaba la lágrima que luchaba por salir del ojo del chico. Recordaba como sentía la mirada de Jerome, triste y decepcionada, clavada en su espalda, mientras desaparecía por el bosque. Recordaba toda la tarde que pasó llorando en medio del bosque, al lado del río. Decidió irse allí para que nadie le molestara, pero sobre todo porque una de las cosas que más odiaba Helena era que la agobiaran. Otra de las razones, era no ver a Jerome. No quería verle triste, no lo soportaría. Así que, al principio, Helena intentó evitarlo a toda costa.

Aproximadamente un mes antes…

-Helena, ¿adónde vas?- le preguntó su madre, al ver a su hija dirigirse a la puerta.
-A dar una paseo.- contestó Helena.
-¿Sola?
-Sí.
La verdad esque la madre de Helena estaba preocupada. Desde que volvió de la acampada su hija estaba muy rara. Su madre, Clarice, solo la había visto así una vez, hace un par de meses. Por eso este año tenía tantas ganas de llegar al pueblo de su madre Rosalie, Clarice tenía la esperanza de que su hija se olvidara de él. Hasta parecía que desde hacía unas semana ya recuperaba la sonrisa. Volvía a hacer bromas, jugaba con el perro y sobretodo, era más amable y cariñosa con los demás. Vamos, que Helena había vuelto a ser ella misma.
Pero cuando volvió de la acampada, Clarice se asustó mucho. Su hija estaba igual que hace dos semanas, y no hay cosa que más le duela a una madre que ver como su hija sufre. Y Clarice no es ni mucho menos una excepción.
-¿Otra vez?.- preguntó Clarice a su hija.- Esta mañana ha llamado Chloe, dice que estaban preparando una hoguera para esta tarde y también me ha preguntado que como estas y que por donde te metes, que hace más de dos días que no te ve. Parecía preocupada, ¿por qué no le llamas?- le dijo su madre, con la esperanza de que la parlanchina Chloe convenciera a su hija para salir un rato.
-Ufff…. Está bien…- contestó Helena, dándose por vencida.
Helena cambió de rumbo hacía la cocina, y cogió el teléfono. Por si acaso su madre le había mentido, buscó en la lista de llamadas el número de la casa de Chloe, pero su madre tenía razón. ‘’Maldita sea’’, pensó Helena.
Le dio al botón verde y al segundo pitido alguien descolgó el otro teléfono.
-¿Helena?- preguntó Chloe con su voz aguda, quizás un poco irritante, pero eso se debía a que casi siempre estaba gritando. Se le notaba la preocupación en la voz.
-Sí, soy yo. Dice mi madre que has llamado esta mañana… ¿qué querías?- preguntó Helena. Sin querer, la voz le había salido demasiado dura, por lo que Chloe tardó unos segundo en responder.
-Emmm… pues te quería avisar de que hoy vamos a hacer una hoguera por la noche. Lo hablamos ayer y ya hemos quedado de acuerdo todos a las siete en el Parque de al lado de casa de Jane. ¿Puedes venirte? Hace mucho que no te vienes con nosotros. Ayer Mike hasta empezó a decir que ya no te caíamos bien, que te habías cansado de nosotros…
-Tranquila, Chloe, ya sabes lo teatrero que es Mike. La verdad esque he estado ocupada con unos deberes. No teníais porque preocuparos. ¿ Aqué hora habéis quedado?.- preguntó Helena, mientras en su mente buscaba una excusa.
-A las siete.- contestó rápidamente Chloe.
A Helena no lo dio tiempo a encontrar una excusa, además, ya era hora de que saliera un poco, pese a que ello incluya volver a ver a Jerome.
-Vale allí estaré. Adiós, Chloe.
-Adiós Helena.- se despidió Chloe sonriente. ¡Lo había conseguido!
Helena colgó el teléfono y suspiró. Aún no se sentía segura de ir. La simple idea de volver a ver a Jerome le revolvía el estómago.
-Bueno, ¿cómo has quedado?- Candice acababa de entrar a la cocina con el trapo de limpiar colgado a la espalda. Estaba rezando porque Chloe la hubiera convencido.
-A las siete tengo que estar en el parque que está al lado de la casa de Jane.
-Vale cariño. Recuerda: no bebas, no hagas locuras, no te acerques mucho al fuego y a las 4 en casa. ¿Entendido?- dijo Candice interpretando su papel de madre dura, aunque por dentro se alegraba muchísimo de que su hija por fin saliera.
-Sí, mamá.- dijo Helena con una sonrisa.
-¿Aún estás pensando en dar esa vuelta?- esa pregunta sorprendió mucho a Helena.
-Sí, ¿por?- preguntó Helena, confusa.
-Porque al perro no le vendría mal un buen pase.- contestó su madre señalando a Darkness, el enorme labrador negro que la madre de Helena le había comprado a su hermana pequeña, Violet, cuando cumplió los cinco años. Darkness tenía ahora tres años, y su cuerpo irradiaba poder y vitalidad.
-Vale… ¡Darkness! ¡Vamos chico!- esas palabras eran el cielo del perro, que no tardó ni un segundo en llegar.

Eran las siete menos quarto de la tarde y Helena se dirigía hacia el parque. Aún estuvo a punto de simular dolor de barriga, pero no quería ser una cobarde.
Cuando llegó, a las siete menos cinco, solo estaba la mitad de gente. Por suerte para Helena, Jerome no estaba entre esas 8 personas.
Todos se asombraron un montón al ver a Helena. Esta, avergonzada, decidió irse hacia Chloe, que estaba ayudando a poner la mesa.
-¡Hola!- le saludó Chloe. Estaba sorprendida, pese a que su amiga le había dicho que sí que iría, de que ella estuviera allí.
-Hola… ¿necesitas una mano?- le preguntó Helena señalando la mesa.
-Una de más nunca viene mal.- le dijo Chloe con una sonrisa en la boca.
Así, poniendo la mesa y ayudando en la hoguera, transcurrieron los primeros quince minutos.
-Bueno pues ya está todo listo.- dijo Chloe con una sonrisa en la boca.- voy a saludar a la gente que acaba de llegar, ¿vale?.- le preguntó Chloe. Sabía que Helena estaba mal, por razones que nunca llegará a saber, por lo que tenía la necesidad de preguntárselo, no quería que desapareciera  de nuevo.
-Vale.- le dijo Helena con una sonrisa, pero era una sonrisa falsa, porque que se fuera Chloe significaba que le tocaba hablar con otra persona y había una casualidad de encontrarse con Jerome. Además, no sabía de qué hablar, hacía días que no veía  nadie y Helena no tenía ni la menor idea de que habían estado haciendo sus amigos. Echó un vistazo a la hoguera, la cual iba creciendo y creciendo. Cerca de allí, sentados en sillas, estaban dos de sus amigos, ninguno de ellos era Jerome, y puesto que no lo veía por alrededor de la hoguera, decidió ir hacia allá.
Helena estaba dispuesta a saludar cuando oyó a uno de los chicos preguntar por Jerome. Los chicos no se habían percatado por la presencia de Helena, porque ella se encontraba justo detrás de ellos y el sonido de la hoguera hacía imposible oír sus pasos. Así que Helena decidió quedarse allí a escuchar.
-No sé si vendrá, antes he llamado a su casa y su madre me ha dicho que sigue sin querer salir de su habitación. Según ella está así desde la acampada, pero su hijo no le ha dicho por qué.- contestó un amigo a otro.
-La verdad, es que en la acampada ya estaba así, ¿recuerdas? No le apetecía ni bañarse ni ir a dar una vuelta por el campo.- dijo el otro, negando la cabeza y mirando hacia abajo, suspirando.
-No sé qué es lo que le pasa, pero tiene que haber sido algo fuerte. Jerome no es de esos que se deprimen al mínimo comentario.
Helena retrocedió rápidamente. ‘’ ¿Yo le he hecho eso a Jerome? Tanto... ¿Tanto está sufriendo?’’ se preguntaba Helena a sí misma. Empezó a andar hacia la casa de Jerome decidida. Lo mínimo que podía hacer era darle una explicación. Jerome no se merece esto, pensaba Helena. Y menos todavía, que sufriera exactamente por ella, repetía sin parar Helena.
-¡Helena! ¿Adónde vas? Vamos a empezar a comer ya.- le dijo Chloe cogiéndole del brazo.
Por lo que a Helena no le quedó otro remedio que quedarse a cenar, no podía volver a desaparecer de la nada. Además, puede que Jerome viniera más tarde, pensó.
Pero las horas pasaron, y Jerome no apareció.


Efectos del enamoramiento.

Las mariposas inundan mi barriga, vuelan y vuelan sin detenerse.
Mis ojos brillan como nunca antes lo habían echo, pareciendo dos piedras preciosas.
Mi risa es contagiosa sea la circunstancia que sea.
Mi estúpida sonrisa no desaperece ni un momento.
Mi cerebro parece haberse esfumado, nada de lo que hago lo pienso ni tiene sentido.
Mi corazón parece el suelo de una carrera de caballos, no cesa ni un momento de latir veloz y fuerte.
Mis sueños son raros, siempre aparece la misma persona, da igual lo que esté soñando.
Mis labios tartamudean y tiemblan como gelatinas al hablar con él.
¿Estoy enamorada?

martes, 29 de noviembre de 2011

¡Aviso!

Gente! Lo siento mucho no haber podido subir esta última semana, he estado llena de trabajos y exámenes.
Bueno, a parte de eso quería avisaros de que me voy 1 semana a Polonia, a ver a mi hermano mayor que está allí de erasmus. No puedo llevarme el ordenador, por lo que no podré subir nada de nada....
Pero tendré toda una semana para escribir y seguir con la novela, así que en cuanto venga subiré entradas y algún capítulo nuevo de Suspiros de Helena.
Gracias a todo@s, os quiero!

With love, Love it.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Capítulo 2.

Capítulo 2.


-¿Y bien?- preguntó Luce mientras hacía poses enfrente de su amiga.
-Mmm… ese color te resalta un montón los ojos.- dijo Helena mientras hacía un gesto a Luce para que esta diera una vuelta sobre si misma.- y a ti el estilo rockero te queda de categoría.
Luce se miró en el espejo sin poder contener una sonrisa. El vestido que llevaba puesto, compuesto por flecos azules celestes y negros, encajaban de categoría con sus ojos, también de un azul claro realmente impresionante, como bien acababa de decir su amiga. Además el vestido era completamente ceñido, hasta casi llegar a la cintura. Le quedaba estupendo, puesto que Luce tenía cuerpo para desfilar.
-¿Estas segura? Ten en cuenta que este vestido tiene que dejar con la boca abierta a todos, quiero que cuando entre por la puerta todos se queden con la boca abierta.
Helena se reía y reía con todas las poses que su amiga hacía. Luce no paraba de agacharse y sonreír, de sacar la lengua, de guiñar el ojo y, sobretodo, de hacer el signo rockero.
-¿Y tú que vas a llevar puesto?- le preguntó Luce a Helena una vez acabado el desfile.
-No sé ni siquiera si voy a ir.- le contestó Helena, encogiéndose de hombros.
-¡Helena! ¿Cómo puedes decir eso? Sabes lo importante que son para mí las fiestas.
-Lo sé, lo sé. En la última semana no has parado ni un segundo de hablar de la ‘’mejor fiesta del verano’’- al decir esto, Heleno elevó sus manos haciéndolas temblar. Un gesto que provocó una risa a su amiga.- pero entiéndeme, Luce, guardo muy malos recuerdos de la última fiesta a la que fui.- dijo Helena, con cara triste.
-Helena… vamos. Es una buena forma de pasar página de una vez, ¿no crees? Él era un capullo sin corazón. Perdón, rectifico, él es un capullo sin corazón. Tienes que pegarle de una vez por todas una patada al pasado. Vamos Hele…
-Luce, ¿qué pasó la última vez que quise hacer exactamente eso, darle una patada al pasado? ¿Utilizar la frase ‘’un clavo saca a otro’’? ¿Qué pasó, Luce?- dijo Helena, angustiada.
Luce lo recordaba perfectamente.

Aproximadamente un mes antes…
Helena estaba en casa de su abuela, en Rock Rapids, Iowa. Allí pasaba cada verano, tanto el mes de Julio como el de Agosto.
Helena siempre se alegraba de que llegara el día de hacer las maletas e irse. Le encantaba todo aquello. No había ni un solo día que no tuviera algo que hacer. Además, Helena adoraba a su abuela Rosalie. Era carillosa, dulce y rebosaba confianza y seguridad. Su abuelo hace años que murió, por eso desde entonces la familia de Helena decidió pasar todos los veranos allí para hacerle compañía a la abuela Rosalie.
Rosalie tiene una casa enorme. La constituyen dos pisos, un jardín, una terraza y un huerto. A Helena siempre le había encantado aquella casa.
Pero lo mejor para Helena no era eso, sino el grupo de amigos que había ido conociendo al paso de todos los años. El grupo lo componían quince adolescentes, todos rondando los 17, la edad de Helena. Y todas maravillosas personas, según el punto de vista de Helena.
A principios de Agosto, el grupo decidió hacer una excursión al río Missouri y pasar allí el fin de semana en tiendas de campaña.
El sábado por la mañana, ya habían llegado y montado todo cerca del río, por lo que decidieron darse un baño. Helena no le apetecía mucho, ya que aún era temprano y la mañana aún dejaba una brisa fresca, por lo que decidió ir a dar un paseo y explorar un poco la zona. Se lo dijo a sus compañeros y se dirigió hacia el río, para caminar al lado de su cauce. Así, no se perdería.
No llevaba ni medio kilómetro, cuando empezó a oír unos pasos que la seguían. Helena, asustada, corrió montaña arriba, pero una voz la detuvo.
-¡Helena! ¡Que soy yo, Jerome!- dijo el chico mientras corría hacia ella.
-¡Jerome, que susto me has dado! Podrías haber avisado de que querías acompañarme en vez de seguirme.- dijo Helena poniéndose la mano en el corazón. Lo que le hizo sonreír al chico.
Jerome era alto, guapo y musculoso. Tenía el pelo liso y castaño oscuro. Al principio del verano apenas le cogía dos dedos de la frente, pero le había crecido hasta la mitad de esta. Su mirada, verde oliva, era encantadora. Muchas de las chicas del grupo estaban locas por él. Hasta a Helena le resultaba atractivo, y la verdad es que ese verano, Jerome le había sacado más de una sonrisa y había hecho que, a veces, hasta se olvidara por completo de él.
-Es que en ese momento no estaba allí, y en cuanto me he enterado he venido a buscarte.- se excusó Jerome.
-¿Tampoco tienes ganas de bañarte?
-Prefiero pasear contigo.- dijo Jerome, mientras sonreía al suelo.
Helena agradeció eso, porque si la hubiera mirado, se hubiera dado cuenta de que se había puesto roja como un tomate.
-Gracias.- fue la única palabra que pudo articular Helena.
-No se merecen.
Durante unos minutos, lo único que se oyó fue los silbidos de los pájaros,  las pisadas y las fuertes respiraciones de los jóvenes. Al final, Jerome, fue el que se decidió a hablar.
-Bueno, si te digo la verdad, Helena, no he venido solo aquí para acompañarte. Quería pedirte una cosa…- dijo Jerome, pero no fue capaz de seguir.
-Dime.- le animó Helena.
Sin darse cuenta, habían parado de andar.
Jerome empezó a sentir escalofríos, asique le pidió a Helena que se sentaran. El silencio volvió a reinar durante unos segundos.
-Jerome… ¿qué querías decirme?- le preguntó Helena, ya impaciente.
Jerome dudó unos segundos más, pero al final se decidió.
-Mira, Helena, sé que no nos vemos mucho, solo dos meses al año, pero no sé por qué, eres especial para mí.- mientras decía esto, cogió la mano de Helena.- el verano pasado, empecé a sentir algo por ti. Pero aún era muy pronto y no sabía si eso que sentía era verdadero. Pero este año ya he sentado más la cabeza y me he dado cuenta de que sí que era verdad, lo que sentía el año pasado y lo que siento ahora mismo es amor. Pocas veces he sentido esto en mi vida, pero me gustas, Helena, me gustas mucho. A sí que… ¿te gustaría salir conmigo? Por favor, no digas que si por pena, prefiero que si no sientes lo mismo me lo digas y punto.
Helena no podía responder, no se lo esperaba, para nada. Puesto que su boca no parecía reaccionar, Helena se conformó con asentir. Jerome también se conformó con eso, porque sonrío como nunca antes lo había hecho y se inclinó para besarla. Helena también sonrió, hasta que sus labios se juntaron. Pero, entonces, Helena no se podía creer lo que le estaba pasando. Estaba allí besando a Jerome, sí, pero la mente de Helena le jugó una mala pasada, y le hizo imaginar que al que estaba besando era, ni más ni menos, que él.
Helena se apartó de repente, dejando a Jerome totalmente desconcertado, no entendía nada.
Helena se disculpó veinte veces, diciendo que no podía ser, que lo sentía de verdad, y se fue de allí corriendo. El pobre Jerome se quedó sentado en el suelo, con la boca entreabierta, sin respirar, observando como Helena se alejaba a trompicones por el monte. No entendía nada, pero una cosa estaba clara: fuese por la razón que fuese, Helena no iba a salir con él.

MI VIDA, UNA TRISTE RUTINA DIARIA.


He llegado al punto en el que mi vida es como un libro. Todo es predecible, nada es espontáneo.
Estoy enredada en una rutina diaria basada en las cosas fundamentales: comer, estudiar, dormir
Mis días, aburridos y largos, pasan por delante de mis ojos sin tan siquiera darme cuenta.
Como sin saborear.
Camino sin sentir el suelo debajo de mí.
Hablo sin pensar.
Oigo sin escuchar.
Abrazo sin sentir.
Miro sin ver.
Sonrío sin ser feliz.
Y lloro por tener una rutina diaria de que no puedo escapar.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo 1.

 CAPÍTULO 1

Helena miraba la pareja sin apartar un segundo la mirada.
Él le coloca un pelo detrás de la oreja.
Ella sonríe tímidamente.
Él le guiña el ojo.
Ella agacha la vista nerviosa.
Él le besa la mejilla.
Ella le devuelve el beso en la boca.
Helena no podía aguantar más, tenía que desviar la mirada. ‘’Aprovéchalo, enseguida él te traicionará’’ pensó Helena. ‘’Estás siendo muy negativa, Helena’’ le dijo una voz salida de su cabeza. ‘’Es cierto, no todos son como él, no tengo que echarle la culpa de esto al amor. Hay algunos que si cumplen sus promesas’’ pensó  Helena para sí misma. Entonces, recuerdó una tarde de hará unos meses.

Aproximadamente tres meses antes…
-Te quiero- susurró Helena.
-Y yo, no sabes cuánto- le contestó él.
-Seguro que más que yo no- dijo Helena sonriente.
-Pero yo te querré para siempre.
-¿Lo prometes? ¿Para siempre? Recuerda que eso es mucho tiempo.
-Sí, lo prometo.
Y con una gran sonrisa, Helena se acercó y le dio un beso tierno y espontáneo en los labios.

Actualmente
Helena recordaba perfectamente esa tarde, justo unas semanas antes de que ocurriera eso. Justo antes de que él…
En ese momento sonó el móvil, provocando que Helena de un brinco y por poco se le caiga el cappuccino encima de los pantalones nuevos. Él móvil de Helena seguía sonando, pero ella no lo cogió hasta dejar el cappuccino en la mesa. No quería arriesgarse a que se cayera.
Era su mejor amiga, Luce.
-¿Helena? ¿Dónde estás? ¿No estabas comprándote esos pantalones tan chulos que viste el otro día? Los del cinturón de flores de la…
-Sí, pero ya los he comprado y he decidido tomar algo, porque no he desayunado- le interrumpe Helena sin dejarla hablar más.
Luce es encantadora, su personalidad es única. Además es amable, sincera, espontánea, lista y muy atrevida. La gente dice que en estos aspectos, se parece mucho a Helena, pero ella no está de acuerdo, porque Luce no se calla ni debajo del agua. Aunque en los otros aspectos, sí que era cierto que eran iguales.
-¿Ya estás otra vez con esas dietas? ¿Sabes? Seguir una dieta también implica comer, Helena.- dijo Luce un poco enfadada.
-No es por la dieta, Luce. Esta mañana tenía el estómago revuelto y no me apetecía nada. Ahora se me ha calmado un poco.
-Siempre dices lo mismo Helena, ¡tienes que comer algo! Ahora mismo voy para allá y vamos a por una cup cake. ¿Dónde estás?- mientras decía esto, Luce salía instintivamente de la tienda hacia Starbucks, no había restaurante que más le gustara a Helena.
-En Starbucks- contestó Helena, mientras que Luce por la otra línea ponía los ojos en blanco.
-Para variar, ¿no?- preguntó Luce entre risas.
-¿Para que cambiar lo bueno? – y por primera vez en toda la tarde, Helena sonrió. Aunque fue más una risilla.
-¿Para experimentar otras cosas?- contestó Luce, también sonriente.
-Tienes razón, pero sabes muy bien que aquí la arriesgada eres tú.
-Cierto- dijo Luce, con una sonrisa de oreja a oreja- Ahora nos vemos preciosa, un besazo.
-Hasta ahora.
Helena dio otro pequeño sorbo al cappuccino, pero creyendo que había menos cantidad de la que tenía el vaso, lo inclinó más de la cuenta y la espuma le dejó un bigote marrón debajo de la nariz.
Helena buscaba desesperadamente un pañuelo. ‘’ ¿Dónde habré metido el dichoso paquetito?’’.
-Me gusta tu nuevo look, pero no te lo tomes a mal, me gustas más sin bigote- le dijo Luce a Helena, tendiéndole un pañuelo encima de la mesa.
-Siempre cubriéndome las espaldas- dijo Helena mientras cogía el pañuelo y se limpiaba toda la espuma de la cara.
-Aquí estoy para todo lo que necesites- dijo Luce sonriente mientras toma asiento enfrente de Helena.
Pero Helena no pudo sonreír, las palabras de Luce volvieron a traspasarla a otro recuerdo.

Aproximadamente tres meses antes…
Helena corría hacia él, ahora mismo lo único que quería hacer era abrazarle.
-¿Qué te ocurre, amor?- preguntó, preocupado.
-Una discusión familiar, mi padre se ha enfadado porque le he contestado.
-¿Por qué le has contestado?
-Porque no me deja ir a tu fiesta. Si fuera Luce quien la organizara seguro que me dejaría, pero como eres tú…
-No te preocupes, aquí estoy para todo lo que necesites…

Actualidad…
-¿Helena? Tierra llamando a Helena. ¡Tía, despierta!- dijo Luce empujando a Helena por encima de la mesa.
-¿Qué…? ¿Qué pasa?- dijo Helena con el tono de voz que solía poner cuando la despertaban  de repente de un sueño profundo.
-¡Que te has quedado empanada! ¿En qué pensabas?- pero Helena en vez de contestar bajó la cabeza avergonzada.- ¡Oh… no! ¿No estarías pensando en él verdad? Helena…- dijo Luce enfadada, pero más que nada porque estaba muy preocupada por su amiga.
-Lo siento, Luce, no puedo evitarlo. Es que la frase que has dicho me ha recordado el día que…
-¡Ni una palabra más! No quiero hablar de esto. Venga coge el cappuccino y vayámonos a por algo de ropa. Que ir de compras siempre te despeja la cabeza.- dijo Luce mientras cogía su bebida y se levantaba.
-¡Pero si acabo de venir de allí, y tú también!- se quejó Helena sin moverse de su asiento.
-Ya, pero buscándote no me ha dado tiempo de comprar nada. Pero si me he fijado en un par de camisas preciosas. Ale, venga, mueve ese culo y vamos.- dijo Luce haciendo gestos con la mano a Helena.
Helena se levantó, aunque no sin un suspiro y una queja. En cuanto cogió la bebida, Luce le agarró de la mano y se la llevó corriendo, tirando de ella. Luce sabía que si se quedaba más tiempo allí, Helena volvería a empezar a recordar esos momentos que parecían tan felices entonces, y no era plan. Él ya le había causado daño suficiente.

PD. Todos los capítulos estarán en la etiqueta Suspiros de Helena. Espero que os haya gustado es primero. Comentar por favor. Un beso :)

Nueva novela: Suspiros de Helena.

Hola :) !!
Quería deciros que llevo un tiempo pensando en una historia, hasta que al final me decidí a hacerla. Sé que no es muy buena, soy nueva en esto, pero me gustaría que la leyerais y comentarais, acepto tanto consejos como críticas ;).
La novela tratará de romances juveniles, engaños, líos... Al principio los personajes no se describen mucho (me refiero al físico) pero a lo largo de los primeros capítulos acabareis sabiendo todo de ellos. Pese a ello, si alguien quiere una descripción de algún personaje, que me avise y se lo mandaré por tuenti :).
El título es Suspiros de Helena, pero aviso, es un título provisional, por lo que seguramente al final lo cambiaré.
Intentaré subir los capítulos lo antes posible.
Y creo que no queda nada más que contar, gracias a tod@s por seguirme y darme un poco de tiempo en vuestras atareadas vidas ^^.
Un besazo, Love it.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Chico de calle

Espontáneo, despreocupado, atractivo, idiota, atrevido, cabezota, estúpido.
Un rompe corazones, un loco de la vida. Un chico de calle. Un tonto sin salidas.
Hace lo que quiere cuando quiere, no piensa ni razona.
Viaja sin rumbo, odia los planes.
Se pasa las tardes con un cigarrillo en la boca, uno tras otro, se consumen en la nada.
Se ríe de sus propios problemas.
Roba dinero, se compra vodka.
No tiene trabajo, ni familia, ni estudios.
No tiene novia, de ellas se cansa.
No se pierde ninguna fiesta, la invitación siempre se la deja en casa.
Él vive al límite, sin importarle nada.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Supongamos

Supongamos que hay un mundo paralelo.
Supongamos, entonces, que yo no te quiero.
Supongamos que tu me quieres.
Supongamos que yo no sé lo que tu sientes por mí.
Supongamos que cuando tu me ves, se te pasan miles de emociones a la vez por la cabeza.
Supongamos que la impotencia que sientes a mayor que tus fuerzas
Supongamos que sufres cada vez que me ves, pero a la vez no puedes evitar sonreír.
Supongamos que no sabes que hacer.
Supongamos que reunes fuerzas y decides decirme lo que sientes.
Supongamos que una tarde, bajo las nubes, me dices te quiero.
Supongamos que se paraliza tu corazón, esperando una respuesta...

Bloggers lo siento por haber tardado tanto en subir, esque estoy con los últimos exámenes y no puedo coger tiempo de ningún lado :S. Intentaré subir en cuanto pueda. Gracias a todos por seguir. Un beso :)

lunes, 24 de octubre de 2011

sábado, 22 de octubre de 2011

MI VIDA...

Os voy a contar un pequeño avance de como soy, para que vayáis conociéndome.

Soy una chica que le cuesta mucho que desaparezca su sonrisa, pero no me cuesta nada sacársela a los demás, para nada. Y me encanta hacerlo. 

Soy una persona astuta, no me dejo engañar por nadie, aunque a veces me hago la tonta para que me digan lo que quiero o me den la razón. Es, estúpido, pero funciona.

Como mucha gente, tengo mis complejos, aunque prefiero tenerlos a ser una pija de mierda.

Nunca en mi vida he sido prepotente y  realmente odio las personas que lo son. La mejor persona es la que se valora pero no se cree mejor que los demás.

También me preocupo demasiado por los demás, hasta más que por mí misma. Si tengo que llorar para que alguien sonría, lo hago, sin esperar nada a cambio.

Soy muy cabezota, me dicen que demasiado, y si creo que tengo razón… no me hacen cambiar de opinión.

Una pequeña manía que tengo es que no soporto ver escribir así: k tl? De verdad me pregunta: ¿Para qué leches está la asignatura de lengua? Yo creo que para algo.

Y una de las cosas que más odio es la gente falsa, esa que se hace pasar por tu mejor amiga y después te clavan la espada por detrás. Sin vergüenzas…

Me encanta ser creativa. Hacer todo diferente. Porque para mí lo normal, es aburrido. Y yo no quiero ser un plagio de esta sociedad.

Lo que más quiero en este mundo son mis verdader@s  amig@s. Los que me sacan una sonrisa con sus tonterías y me hacen querer a la vida. Si estáis leyendo esto: ¡Os quiero!

Me encanta el romanticismo. Una cena a las velas, al lado de la playa y con una rosa en las manos es mi cita ideal. ¿Para qué gastarse el dinero? Jajaja.

Me encanta el campo. Porque me siento conectada a la naturaleza, los animales me encantan y me encanta respirar ese aire tan suave y oír los pequeños sonidos de un bosque. No por ello deja de gustarme la ciudad.

Soy competitiva, pero aunque eso me cause de vez en cuando algún problema, me encanta serlo, porque me hace hacer cosas que si no lo fuera, nunca lo haría.

Me encanta arriesgar, pero sin llegar a matarme, claro está. ‘’Más vale pedir perdón que permiso’’.

Escribo entradas y textos simplemente para expresarme libremente. Muchas veces hasta escribo cosas que me gustaría que me ocurrieran a mí.

Me declaro oficialmente amante de los caballos, la música y la lectura.
Los caballos es mi prioridad. Cuando los miro a los ojos veo en ellos libertad, sinceridad, miedo, coraje y amor. No el amor que sientes por un chico, sino el amor que sientes por las cosas bellas. Tienen el alma pura y eso me encanta. Además al montarlos, es como si desconectara de este mundo.
La música es la que también me hace desconectar de este mundo. Me anima y gracias a ella he aguantado momentos malos. Por eso no hay un día que no la escuche.
Y la lectura me hace pensar en que hay mucho por descubrir en este mundo.

Vivo en España, pero mi meta es mudarme lejos e independizarme totalmente.

De momento, no me quiero enrollar más. Si queréis saber más de , visitar mi blog de vez en cuando y lo iréis descubriendo por vuestra cuenta. Un besazo gentecilla :) !!



domingo, 16 de octubre de 2011

AMARTE EN SILENCIO.

-Hola
-Hola
-¿Tienes planes para esta tarde?
-Los tengo
-¿Para mañana?
-También.
-¿Para pasado mañana?
-Ajá
-¿Para este finde?
-Por supuesto.
-¿Para la semana que viene?
-Ocupada.
-¿Para el mes que viene?
-Lo siento.
-¿Para el año que viene?
-Todo ocupado.
-Vale me rindo. ¿Qué es lo que te mantiene tan ocupada, si se puede saber?
-Amarte en silencio.



sábado, 15 de octubre de 2011

Gentecilla !! :)

Hola :). Solamente quería deciros que siguiendo el buen consejo de una amiga he decidido poner un poco más de mi vida: cosas que me ocurren, hazañas, problemas y si surge algún que otro amor. Pero sobre todo serán cosas que me van ocurriendo en el día a día y que me marcan bastante ^.^. Esos textos estanrán en la etiqueta ''My life''. Así me conoceréis un poco más :). Bueno un besazo a todos. Gracias por visitarme gente!!.

jueves, 13 de octubre de 2011

NO LA TENDRÁS.

-Te quiero
-A mí y a cuentas más, eh?
-Te has enterado, no?
-Sabes? Las paredes tienen oídos.
-Lo siento, no era mi intención…
-Mi intención tampoco era enamorarme de un idiota y aquí me ves.
-Dame otra oportunidad. Mira…
-No, mira tú. Mira como me voy!
Salí corriendo de aquel banco. No soportaba verlo ni un segundo más. Además los ojos me epezaban a picar pidiéndome a gritos unas lásgrimas.
-No, no derramaré una lágrima por él.
Esta promesa no duró mucho.
Cuando llegué a mi portal, me costó media hora meter la llave, la mano me temblaba sin parar. Cuando por fin conseguí abrir, cerré de un portazo y a trompicones subí hasta mi habitación. Una vez encerrada allí, empecé a llorar, sin parar. Pegué puñetazos a la almohada. Dí patadas a todos los muebles, sollocé una hora entera en mi cama.
-Estúpida.
Me pediste una segunda oportunidad. Pero no te la iba a dar. No iba a dejar que tus manos me acariciaran otra vez. No iba a dejar que tus besos me aturdaran de nuevo. No volvería a sobrecargar mi mente con imágenes tuyas. No. No sabiendo que todo era mentira, que todo era una farsa. No la tendrás, no tendrás que lo que me pediste. Y no lo tuviste.

miércoles, 12 de octubre de 2011

No siempre lo malo es malvado.

No siempre lo bueno es la mejor elección.

DECLARACIÓN ESPONTÁNEA.

-¿Qué te pasa?
-Nada.
-Va. de verdad, dime que te pasa.
-¿ Por qué me tiene que pasar algo?
-Por que tienes la mirada triste, apagada. Como site hubieran quitado lo mejor de tu vida. Antes brillaba, pero desde hace un mes se ha ido apagando, y he observado que lamentablemente cada vez más, como si de una llama se tratase. Así que, hasta que no contestes con sinceridad, voy a seguir. ¿Qué te pasa?.
-Vale, está bien, veo que eres demasiado observador para ocultarte algo. Lo que pasa es, que me siento reprimida, como si me hubieran parado los pies. Es muy didícil de explicar.
-Tienes razón, no lo entiendo.
-Me gusta un chico...
-¿Y que tiene que ver eso con estar reprimida?
-Pues que me encantaría decirle lo mucho que le quiero, pero, tengo miedo de que si no soy correspondida me trate de otra forma, que ya no me vea con los mismos ojos. Y su amistad para mí significa mucho. El miedo me impide avanzar. ¿Me entiendes ahora?.
-Perfectamente, he experimentado esa misma sensación.No es nada agradable.
-¿Así? ¿Con quién? ¿Que chica es la afortunada esta vez?.
-Con una persona que últimamente está muy triste porque cree que no es capaz de gustarle a un chico cuando en realidad sería capaz de enamorar a cualquiera que estuviera en un radio de un kilómetro alrededor suya. Una persona que me ha sacado y saca miles de sonrisas. Una persona que es insegura y valiente al mismo tiempo. Una persona que ahora mismo está con esa sonrisa de vergüenza que tanto me gusta. Una...
-Persona que se acaba de dar cuenta de lo maravilloso que eres. Una persona que te quiere y te necesita cada momento de su vida. Una persona que por fin a conseguido su sueño.
- ¿Qué es?.
-Estar contigo.