Odio. Ese sentimiento de odio que te entra cuando ves que te ha mentido todo este tiempo.
Ese sentimiento de odio que recorre tus venas al ver el tiempo que has perdido.
Ese sentimiento de odio que pasa por tu cuerpo al ver que tus mejores momentos han sido un puro engaño, una trampa en la que la víctima, eres tú.
Y durante unos instantes, te sientes débil, sin fuerzas de hacer nada. Crees que el mundo se te va a comer, va en tu contra. Te vas debilitando hasta que desaparece tu alma.
Y rompes a llorar sin descanso. No puedes parar, tenias que desaogarte y este es el único modo. El único modo seguro. Te pegas cabezazos contra las paredes, como si eso hiciera olvidar algo! Já!.
Después de tanto llorar, comienzas a reirte de ti misma.
¿Cómo he sido tan estúpida?
¿Cómo he caído en la trampa?
¿Cómo he podido creer todas sus mentiras?
¿Cómo me he podido dejar engañar así ?
Chica, has sido una estúpida de tres pares de narices. Y entonces sueltas una sonrisa leve, de estas que ni se oyen, y niegas con la cabeza todos esos momentos en los que te sentias la princesa de un reino.
Y despúes viene la mejor parte.
El odio.
Esos ojos llororsos se convierten en una mirada salvaje; esas manos que hace nada quitaban tus lágrimas, en dos puños capaces de cargarse a cualquiera; esos labios tremolosos, en una boca frunzida, lista para despotricar y maldecir a cualquiera.
Odias, odias todas esas personas que te han echo daño, todos esos momentos de engaño.
Y estas son las tres fases por las que pasas, cuando alguien te rompe el corazón.
Ese sentimiento de odio que recorre tus venas al ver el tiempo que has perdido.
Ese sentimiento de odio que pasa por tu cuerpo al ver que tus mejores momentos han sido un puro engaño, una trampa en la que la víctima, eres tú.
Y durante unos instantes, te sientes débil, sin fuerzas de hacer nada. Crees que el mundo se te va a comer, va en tu contra. Te vas debilitando hasta que desaparece tu alma.
Y rompes a llorar sin descanso. No puedes parar, tenias que desaogarte y este es el único modo. El único modo seguro. Te pegas cabezazos contra las paredes, como si eso hiciera olvidar algo! Já!.
Después de tanto llorar, comienzas a reirte de ti misma.
¿Cómo he sido tan estúpida?
¿Cómo he caído en la trampa?
¿Cómo he podido creer todas sus mentiras?
¿Cómo me he podido dejar engañar así ?
Chica, has sido una estúpida de tres pares de narices. Y entonces sueltas una sonrisa leve, de estas que ni se oyen, y niegas con la cabeza todos esos momentos en los que te sentias la princesa de un reino.
Y despúes viene la mejor parte.
El odio.
Esos ojos llororsos se convierten en una mirada salvaje; esas manos que hace nada quitaban tus lágrimas, en dos puños capaces de cargarse a cualquiera; esos labios tremolosos, en una boca frunzida, lista para despotricar y maldecir a cualquiera.
Odias, odias todas esas personas que te han echo daño, todos esos momentos de engaño.
Y estas son las tres fases por las que pasas, cuando alguien te rompe el corazón.
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